Dejar de fumar en 14 pasos

Dejar de fumar se ha vuelto uno de las promesas fallidas más comunes de nuestra vida moderna. La reincidencia al cigarro aumenta porque la industria tabacalera utiliza químicos y sustancias que son incluso más tóxicas que la nicotina y que generan una poderosa adicción.

Cuando logras vivir sin el cigarro, es importante entender que no has cambiado una cosa de ti, sino a ti por completo. Pero si bien no serás el mismo sin cigarro, cada día que lo hagas sin el hábito reconocerás en ti a una mejor persona.

Si estás decidida a dejar de fumar, estos catorce remedios naturales ayudarán a hacer de tu cambio de hábitos una experiencia exitosa.

Cree en ti mismo. Suena cursi y un poco absurdo, pero la mayoría de los síntomas de la abstinencia ocurren en la cabeza y es ahí donde ocurrirá toda la batalla. En momentos de debilidad, es común creer que no se es capaz de dejar el vicio. Todos somos capaces de cambiar y de mejorar nuestra vida hacia una más saludable. Convéncete de esto. Usa frases positivas y tenlas a la mano, para recordarte que tú dispones tus propios límites.

Utiliza algunos remedios que te ayuden a lidiar con el estrés que se acumulará y a lidiar con tus enojos. Algunos suplementos que te pueden ayudar son el té de salvia, la lechuga, la leche tibia o la meditación.

La piel es considerada un tercer pulmón. Lo que no pueda salir por los pulmones o por el colon, intentará salir por la piel, vía los nodos linfáticos, causando mal olor, acné, resequedad y otras perturbaciones. Para ayudar a tu cuerpo a lidiar con las toxinas y a acelerar el proceso de desintoxicación química, prueba realizarte un drenaje linfático.

El dióxido de carbono se llega a acumular hasta por siete años en los pulmones, debido a que no respiramos bien. Una buena forma de limpiar los últimos rastros de nicotina de tus pulmones, junto con metales pesados y otras sustancias tóxicas, es la respiración profunda. Puedes hacerlo en casa, o auxiliarte con una clase de yoga.

Té Oolong. Es el mejor remedio para dejar de fumar que conozco. Ayuda a desintoxicar los pulmones. Incluso entre quienes no han dejado el hábito. Además de tener un excelente sabor y múltiples beneficios para la salud, erradica rápidamente las toxinas, evitando que deban ser procesadas por el hígado y los riñones.

También es importante que, al dejar de fumar, procures tomar suficiente agua. La cantidad de agua correcta siempre ha causado polémica. Hay quienes recomiendan tomar de dos a tres litros de agua al día, pero otras personas argumentan, y con razón, que esas cantidades de agua provocan un trabajo excesivo para los riñones. Si sigues una dieta bien cuidada y balanceada, sin excesos de sal y con ingredientes orgánicos, como la macrobiótica, probablemente ni siquiera necesites tomar agua. Si no es así, un buen consejo es dividir tu peso en kilos entre ocho y tomar esa cantidad de vasos de agua. Por ejemplo, si pesas 72 kilos, 72/8=9, toma 9 vasos de agua a lo largo del día.

Usa tu cerebro. La dependencia a la nicotina genera receptores en diferentes zonas neuronales. Eso explica que no puedas dejar de pensar en fumar. Una forma de ganar esta batalla contra tus propias neuronas es realizar actividades que ejerciten tu cerebro, como leer o hacer rompecabezas. No sólo te ayudará a dejar el cigarro, sino que activará conexiones neuronales y te ayudará a combatir el envejecimiento.

Mejora tus hábitos de sueño. Según la Teoría de los Cinco Elementos, los pulmones están más activos en las horas previas a que salga el sol. Ésa es una de las razones por las cuales los fumadores despiertan con la garganta irritada. De modo que si te acuestas y levantas más temprano, ayudarás a que tu cuerpo tenga una óptima irrigación sanguínea en esos momentos de sanación. Tendrás más energía y mejor humor.

Emocionalmente, los pulmones están también vinculados con el hábito de desprenderse de lo que no es necesario. Ayudan al cuerpo de librarse de sustancias dañinas, y emocionalmente a liberarse de cargas pesadas. Precisamente, cuando nos libramos de algo que nos molesta: suspiramos. Cultiva el hábito de perdonar, de dejar ir, de desprenderte de las cosas materiales. E incluye el cigarro en la lista. Cuando valoras lo esencial y te libras de tus cargas, te sientes mejor.

Come. El cigarro cambia el metabolismo de tu cuerpo, liberando la energía acumulada en los depósitos grasos. Por eso muchos fumadores pueden pasar varias horas sin comer sin sufrir el malestar típico del ayuno. Pero dejando de comer sólo harás tus horas más difíciles. No te saltes comidas, mejor habitúate a comer hasta cinco veces al día, platos frescos y nutritivos, de bajo índice glucémico.

Se estima que los episodios de ansiedad y de deseo por un cigarro duran 3 minutos en promedio. Con un reloj a la mano es más fácil resistir y mantenerse objetivo: para muchos fumadores esos 3 minutos pueden parecer horas. Se calcula que el periodo más difícil para dejar de fumar es a las 72 horas, cuando ocurre la que se llama “crisis de salud”. Después de ahí, todo es mucho más fácil, con una típica reincidencia de los síntomas al séptimo día.

El cigarro interacciona con el café. Las personas que fuman y beben café habitualmente, tienen fuertes síntomas de cafeína si siguen bebiendo durante los primeros 10 días sin fumar. Lo mejor es cambiar el café por té, o de ser posible, eliminar toda fuente de cafeína. Por cierto, algunas personas recomiendan té de canela para dejar de fumar. Personalmente creo que es una mala opción, ya que la canela reduce la absorción de glucosa, y puede agudizar el síndrome de dependencia.
Acupuntura Existen tratamientos de acupuntura que han sido diseñados para tratar los síntomas de la abstinencia de cigarro. Además, se ha comprobado que la acupuntura ayuda a relajar y promueve la autosanación, por lo que no puede tener consecuencias negativas.

Dos plantas, la lobelia y la hierba de San Juan, se han utilizado como tratamientos auxiliares para dejar de fumar. La lobelia tiene un alcaloide llamado lobelina que se utiliza en tratamiento de afecciones respiratorias, pero que en dosis altas puede resultar muy peligrosa para la salud. La hierba de San Juan es más segura, pero también hay que tomar precauciones porque puede reaccionar en conjunto con antidepresivos, tratamientos contra Sida y anticonceptivos (lee sobre métodos naturales de anticoncepción). Está contraindicada durante el embarazo.